Rematando cosillas

Hace meses que había empezado a tunear unos botes así que ya era hora de que los terminara. Iban a ser un regalo de Navidad, pero ahora serán de San Valentín... jajajaja.

Empecé pintándolos con color Organza; recorté unas cuantas flores de una servilleta que me había regalado mi amiga Ross; fui pegándolas poco a poco hasta cubrir los botes y las tapas.
Una vez protegidos con unas cuantas manos de látex extendí con el dedo el craquelador Vallejo por toda la superficie de los botes. Éste es un trabajo que requiere algo de paciencia porque hay que girar los botes para que el craquelador no se acumule en un sitio sino que se reparta.

Para que se notara el craquelado apliqué una mezcla de cera con betún de judea. Dejé secar bien y lustré.
En las tapas no craquelé. Puse un tirador de madera pintado en dorado y también apliqué la cera.

Creo que han quedado muy románticos y elegantes teniendo en cuenta cómo eran originalmente, no?

Me gusta mucho este tipo de transformaciones. Se da una segunda oportunidad a algo que, posiblemente, hubiera ido a la basura, mientras disfruto recortando una preciosa servilleta, aplicando la pintura... viendo cómo va tomando forma lo que tenía en mente.

Hasta la próxima!!