El cajón de las especias

Hace poco estuve recolocando cosas que tenía en la cocina. Entre ellas unos maceteros que compré hace años en Ikea (el modelo Bjurön).

Lo mío no son las plantas, imposible, no se me dan. Así que tiré las dos macetillas que tenían unas tristes hojas que no avanzaban. Y ahora tocaba pensar cómo podía dar uso a esos maceteros, evitando en la medida de lo posible que pudieran servir para lo que su nombre indicaba :-)

Y ahí estaba, sacando los botes de las especias y viendo que me cabían nueve en cada macetero.
Estuvieron unos días puestos en la encimera.

Primer paso solucionado.
El segundo consistía en hacer algo que evitara que se vieran los botes, que decorara algo y que, además, facilitara la limpieza.
Solución: hacer un cajón o mueble para meter los maceteros.

Lo mejor era hacerlo en madera, con unas tablas de dm u ocumen en su defecto, pero como ni tengo sierra ni podía acercarme a ningún sitio a que me cortaran esas tablas, me decidí a cortar la plancha de cartón prensado que tenía en casa.

Tomé medidas, corté, empecé a ensamblar...

Cuando tuve las cinco paredes del mueble lo forré con dos capas de papel kraft marrón y di varias manos de látex para sellar el papel y el cartón.

Ya iba tomando forma. El siguiente paso era pintarlo. Varias manitas de color blanco y ahora sí que parecía otra cosa:

Y, por último, la parte más entretenida: decorar los cajones. Ah! lógicamente primero los limpié bien y los protegí con tapaporos, lijándolos para que tuvieran un acabado suave.

Pinté un lado de cada macetero de blanco, escogí una plantilla que compré hace unos meses y que no había estrenado aún, cogí una mezcla de pintura nepal beige suave con blanco, puse unos tiradores que compré, protegí con barniz y éste es el resultado final:

Ha quedado un mueblecito curioso y aparente :-)